El anuncio del Boletin Oficial de Bizkaia para construir una central eólica en el monte Argalario, Iparaixe II, con la solicitud de autorización administrativa previa de la empresa Erasp Spain, que ha sido precedido por otro similar una semana antes -“Balmaseda I” y “Balmaseda II”- en los cordales de Kolitza-Garbea y Alén-Mello en la vecina comarca de Enkarterri, evidencia la falsa publicidad de la Consejería de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente de elaborar un Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables (PTS EERR) con la premisa de la lucha contra el cambio climático y la transición energética en términos de sostenibilidad.
Toda una falsedad vestida con el celofán de Plan gubernamental, puesto que nos encontramos ante un diseño a la carta para los fondos buitre centrados en el nicho de negocio detectado ante la necesidad real de descarbonizar la generación eléctrica ante el agotamiento de las materias primas fósiles. Una necesidad que puede ser abordada desde otro modelo de decrecimiento económico, reducción de consumos, descentralización de redes y puntos de generación, entre otros aspectos.
Si en Enkarterri, es un grupo empresarial de origen danés, en Barakaldo es un grupo con sede belga. En ambos casos, con proximidad a la línea de Alta tensión Güeñes-Itxaso que transportará la electricidad a Francia por el Golfo de Bizkaia.
En las alegaciones presentadas por un gran número de colectivos sociales de toda la CAPV, la gran mayoría señalábamos lo incomprensible de ubicar las Zonas de Localización Seleccionada (ZLS) para la instalación de las centrales de producción eléctrica (eólica y fotovoltaíca) en espacios rurales y naturales catalogados por el propio PTS EERR como “Baja” o “Muy Baja”.
Ahora ya vislumbramos que ya eran zonas previamente señaladas por los fondos buitre, que visto el aluvión de alegaciones presentadas contra el PTS, tanto por asociaciones como por Ayuntamientos afectados contra su modelo y diseño, buscan presionar por la puerta de atrás en pleno agosto aprovechando la negativa de los partidos del Ejecutivo vasco (PNV-PSE) a fijar una moratoria a la tramitación de nuevos proyectos hasta la aprobación definitiva de un PTS EERR para Euskadi.
Así mismo, lo que desde la Consejería de la sra. Arantxa Tapia se plantea como la fijación de un objetivo para incrementar la cuota de las renovables en el consumo final de la Comunidad Autónoma en el marco de la Estrategia Energética de Euskadi 2030, no es más que marketing que disfraza la destrucción del patrimonio natural vasco para asentar centrales de producción aquí para venderla al mejor postor sin beneficio alguno para las zonas sacrificadas, ni vínculo alguno con el territorio.
La instalación de aerogeneradores de más de 200 metros de altura supondrían gravísimas afecciones en acuíferos, Lugares de Interés Geológico, Hábitats de Interés Comunitario, y paisaje tanto, en fase de obra como de explotación dado los centenares de litros de aceites tóxicos que contienen cada uno para su funcionamiento y los riesgos de incendio que conllevan; amenazarían especies protegidas de aves, como alimoches y buitres con plan de gestión para su protección en vigor y murciélagos; provocarían ruidos constantes y efectos visuales distorsionando el entorno natural para el conjunto de la fauna.
Y esto es sólo la instalación de aerogeneradores, a lo que hay que añadir ensanchamiento de viales, construcción de instalaciones auxiliares, de líneas de Alta tensión para transporte de electricidad a subestación eléctrica, etc, con más destrucción de biodiversidad, riesgos de incendio, etc.
El Gobierno vasco buscó el periodo de las elecciones municipales para sacar a información pública el PTS aprobado inicialmente, negándose a paralizar el proceso y reconocer a nuevas Corporaciones municipales a expresar su parecer sobre las graves afecciones que se avecinan. Pese a ello, recibe una lluvia de alegaciones que anuncia un retardo en sus previsiones de aprobación definitiva, así que en pleno agosto el lobby empresarial echa una mano para forzar la maquinaria y parcelar la fuerte reacción social generada.
Pues bien, como bien dijeron nuestras compañeras/os de Enkarterri, “La ciudadanía y los pueblos rurales de Enkarterri y de todo Euskal Herria nos estamos organizando para defender nuestros territorios de este expolio especulativo, que no supone ninguna soberanía energética, sino una colonización. Cualquier “transición energética” que no cuente con las personas y con el medio ambiente no es una “transición”, es continuar con el mismo modelo, aplicando un “lavado verde” a la industria energética de siempre.”
El dedo no nos impedirá ver el bosque. Es mucho lo que nos jugamos: nuestro futuro, porque la conservación de la biodiversidad es una necesidad prioritaria para poder combatir los efectos del cambio climático.
Barakaldo Naturala Elkartea
6 de agosto de 2023
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