Con motivo del 20 aniversario del sellado o clausura de la celda de lindane, representantes de la plataforma Barakaldo Naturala realizaron un recorrido por las instalaciones. Esta es su valoración.
La Celda de Seguridad de Argalario fue clausurada en el año
2002. En ella se confinaron miles de toneladas de tierras contaminadas por
Lindane y otros residuos peligrosos, mil y una mentiras de la administración de
turno, la voluntad ciudadana expresada en miles de manifestantes y firmas de
rechazo y la promesa incumplida de un referéndum prometido por el entonces
alcalde, Carlos Pera .
En reciente visita a las instalaciones, por parte de una
delegación de Barakaldo Naturala, se nos hizo entrega de una documentación en
la que se cifra en 340.000 m3 las tierras confinadas. Sin embargo, en el citado
acto de clausura de la Celda, responsables de Ihobe (dependiente del Gobierno
Vasco), las cifraron en 412.000 m3. Así
mismo, Ihobe, en 2021, cifraba en 340 las Ha de terreno saneadas, cifra que
contrasta con las 410 Ha señaladas en un informe del año 2016, de la Dirección
General de Políticas Interiores del Parlamento Europeo.
El coste de la instalación, tampoco escapa al baile de
cifras. Mientras, en la documentación entregada durante la visita, se cifra en
36 millones, Ihobe, en el año 2021, la cifró en 34 millones. La empresa
Bycam(adjudicataria de la construcción) en 27,5 millones. En cualquier caso,
conviene recordar que, dicho coste, corrió a cargo de las arcas públicas y no
de la propiedad de los terrenos, como señala la Ley. El paradigma de este
escándalo, son los terrenos donde se ubica Megapark. Lo dijo Patxi Ormazabal,
entonces Consejero de Medio Ambiente, se trataba de una “verdadera oportunidad
de negocio”. Se le olvidó- o no quiso- añadir la palabra “privado”.
En el acto de clausura de la Celda responsables de Ihobe declararon que, el
problema de tierras contaminadas por Lindane, había sido definitivamente
solucionado. Con posterioridad, siguieron apareciendo nuevos focos, tanto en
Barakaldo, como en otros municipios. Más aún,
en el momento de la clausura, conocían la presencia de cientos de miles
de m3 de tierras contaminadas que no fueron confinadas, permaneciendo, aún hoy,
en el mismo lugar, caso de Etxe Uli, en Santurtzi, “posiblemente, el espacio
con mayor contaminación, por efecto del
Lindano, del Estado”, según el PSE-PSOE, donde, por cierto, el Gobierno Vasco,
con el apoyo del Ayuntamiento, pretende consumar la misma jugada, destinando 15
millones para la compra y descontaminación de estos terrenos privados.
A día de hoy, por cierto, continúa apareciendo Lindane, por
encima de los límites legales, en los ríos Castaños y Galindo, según ha
constatado la Agencia Vasca del Agua (URA).
Una Celda de Seguridad debe ser una instalación estanca. Sin
embargo, la de Argalario no lo es, como nos informaron durante la visita. No lo
viene siendo, desde, al menos, 2014, como ha reconocido la propia
Administración, siendo más notable cuando llueve. Peor aún, reconocen su
incapacidad para solucionar este grave problema. Es de prever que, según se
acerque a su término, el deterioro se incremente.

Con una vida útil en torno a los 25 años, esta falta de
estanqueidad detectada a los 12 años de su construcción, plantea serios
interrogantes que debieran ser respondidos por la administración competente. O
se construyó deficientemente o se ha visto afectada por los elementos
concurrentes en el lugar: Vaguada con fuertes pendientes y números acuíferos,
presencia de una falla en el terreno que separa esta Celda del vertedero de
residuos ubicado en el mismo lugar… Esto último ya fue denunciado por el
movimiento popular contrario a la ubicación de la Celda en este emplazamiento.
De hecho, en los propios informes técnicos de la Administración, se reconocía
la no idoneidad del emplazamiento. La elección fue decisión política. Otra
cuestión a tener en cuenta es la provisionalidad de la Celda, como afirmaron, a
la espera de un tratamiento eficaz para descontaminar las tierras confinadas.
Un tratamiento inexistente, a fecha de hoy. Tampoco han estudiado alternativa
alguna, una vez terminada la vida útil de la Celda.
Por tanto, pretenden condenar a Barakaldo, sine die, a una
Celda defectuosa con problemas de estanqueidad, sin tratamiento para la
descontaminación de los residuos y sin alternativa al término de su vida útil.
Y si, entonces, fue temeraria y peligrosa la elección de esta ubicación
(Zaldibar, en el recuerdo), ahora lo es mucho más. A la vista de los hechos,
podemos afirmar que no se trata de una Celda de Seguridad, sino de un Vertedero
de Residuos Peligrosos.
BARAKALDO NATURALA
22 de febrero de 2022