
Preocupados/as por esta
situación, queremos destacar que un filtro contiene componentes tóxicos y
cancerígenos como; cadmio, amoniaco, arsénico o naftalina. Compuestos, que
llegan arrastrados por las aguas pluviales a nuestros ríos y playas. Teniendo
en cuenta que cada filtro contamina entre 8 y 10 litros de agua del mar, 50
litros si se trata de agua dulce y que su ingesta puede ser una causa
de mortalidad directa en aves y cetáceos, creemos que es necesario tomar
medidas para evitar su llegada a las aguas.
¿Son acaso nuestros
árboles y aceras ceniceros en los que arrojar las colillas? [Leer más]
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