Aún recordamos los ecos de la aseveración de mandatarios municipales en pleno periodo preelectoral con una gran promoción por bandera en la que se proclamaba el respeto a la decisión de los vecinos y vecinas. Estos días algunos de aquellos vecinos y vecinas defraudados por el oropel de promesas pasadas, nos han expresado su enojo y rechazo a la construcción de una infraestructura que degradará aún más su barrio y su calidad de vida.
Esta vez, nadie ha ido a explicarles nada y en pleno periodo vacacional se encontraron con esta noticia, viéndose obligados a trabajar con celeridad las diversas formas para hacer constar al Ayuntamiento su rechazo al proyecto.
Eso sí, desde el Consistorio poco se ha ayudado al proceso participativo establecido en marco legal, la apertura de plazo de exposición pública, que según anuncio del BOB del 6 de julio era de 20 días. Al no especificarse más, hay que interpretarlos como días hábiles, pero para el responsable de Disciplina Urbanística no debían ser ni hábiles ni naturales, porque solicitando cita para ver expediente el 22 de ese mes informaban que el plazo había cerrado el día anterior. Días más tarde, alguna bombilla se enciende y llaman diciendo que ha habido un replanteamiento y que se prolonga hasta el 10 de agosto.
